En los últimos meses he recibido algunos pacientes que habían acudido a solucionar sus problemas de fertilidad con la naprotecnología. Este vocablo proviene de su inventor el Dr. TW. Hilgers como acrónimo de Tecnología de la Procreación Natural.
Soy un defensor de la libertad ética sobre cómo cada pareja quiere tener descendencia y si está decisión limita utilizar técnicas de ayuda en las que se utilice un laboratorio, no seré yo quien las critique.
Ahora bien, sobre otros aspectos de esta nueva corriente me van a permitir que sí sea crítico.
En primer lugar, denominarse como una “nueva ciencia procreativa o de la reproducción” me parece ciertamente pretencioso. La ciencia sólo es una y la reproducción también, por tanto, se puede investigar o desarrollar más un apartado u otro de esta ciencia, pero no crear una “nueva”.
En segundo lugar y en lo que me puede afectar en lo personal. Llevo más de 20 años dedicado a la fertilidad masculina en distintos centros y siempre he estudiado a mis pacientes con el fin de descubrir la causa de su infertilidad. Mediante estos estudios se logran descubrir patologías, que tratadas pueden conseguir que ese varón pueda concebir de forma natural, otras patologías incluso podrían afectar a su salud en general y a las que también les ponemos solución como son los tumores o alteraciones endocrinas.
En un 30% de los casos desgraciadamente es imposible conocer la causa ni con análisis genéticos, ni hormonales, ni cultivos, ni ecografías, ni punciones citológicas del testículo y en estas ocasiones a pesar de desconocer la causa los pacientes pueden tener probabilidades de ser padres. Es por ello que todos los que hacemos medicina de la reproducción hacemos naprotecnología, estudiamos al paciente, lo tratamos e intentamos, que en lo posible, la pareja pueda tener un hijo de forma natural.
No he conocido en estos 20 años y numerosos centros médicos, que como única medida para solucionar los problemas de fertilidad de una o un paciente les indiquen una técnica de FIV sin haber realizado un estudio de sus causas. Y lo que tampoco he visto es a estos médicos no explicar claramente a sus pacientes sus PROBABILIDADES reales en tiempo y forma para poder tener descendencia.
En tercer lugar y para terminar, como dije al principio, respeto profundamente hasta donde uno quiera llegar con los procesos de ayuda a sus problemas de fertilidad por razones éticas, pero no se puede denostar sin fundamento científico a las técnicas de laboratorio de ayuda a la fertilidad o atribuirles sólo un interés economicista. La naprotecnología es también una técnica de reproducción asistida, que asiste a los pacientes con tratamientos médicos o quirúrgicos, los asiste con dispositivos de medición de temperatura o de filancia de moco vaginal, los asiste con pruebas invasivas sobre el útero o el testículo y además todo ello conlleva un desembolso económico.
Los pacientes deben decidir con toda la información posible que les podamos proporcionar en la que el médico no debería mezclar ciencia con creencia.
