Las bromas en todo lo que tiene que ver con el sexo y las relaciones de pareja no suelen ser bien recibidas. Es muy frecuente escuchar programas de radio donde se pone a prueba la solidez de una pareja. Generalmente alguien llama al incauto o incauta inocente haciéndose pasar por alguien que está interesado sexualmente en entablar una relación con él o ella. Las situaciones son diversas, pero un no despreciable número de personas, entra al trapo de la insinuación. Mientras se produce ésto, el instigador miembro de la pareja que ha organizado la broma escucha el proceso y acaba entrando al final de la broma. Como es de esperar, si el o la incauta acaba cayendo en la tentación, la situación puede volverse dramática. En este tipo de bromas va a sufrir el que las realiza y el que las recibe con consecuencias desastrosas no sólo en el momento sino, quizá, en relaciones futuras, por lo que puede significar de desconfianza o sentimiento de culpa.
Este mismo efecto lo podemos encontrar también en las redes sociales. Un comentario, una foto con intención de hacer una broma en el ámbito de la pareja o de las condiciones sexuales de una persona pueden traer problemas que se ven condicionados además porque la difusión se hace de una manera muy dirigida hacia gente conocida y por lo tanto la persona afectada, si no tiene una autoestima suficientemente fuerte, puede entrar en conflicto con su entorno social, retraerse y buscar el aislamiento.
Capítulo aparte merecen las bromas en las que se utilizan sustancias con fines sexuales. A veces se escucha que alguien ha puesto una pastilla o un líquido con efectos afrodisíacos en la copa de otra persona. Son varios los problemas que nos encontramos. Por una parte, el origen y composición de las sustancias y por otro la administración a personas desconociendo su estado físico, posibles alergias o interacciones con otros medicamentos que pudiera tomar. Como se puede entender las consecuencias pueden ser gravísimas para la salud.
Al igual que en el caso anterior, que puede tener consecuencias penales, otras bromas que pueden acabar de la misma forma son todas aquellas que usen datos o imágenes de personas en las que se las relacione con problemas sexuales, enfermedades, embarazos, orientaciones sexuales, visitas a lugares de prostitución, etc.
Alguna vez hemos comentado que existía una condición patológica según la DSM que se llamaba aversión al sexo. Esta condición ha desparecido en el último DSMV, pero aun no siendo una entidad patológica sí encontramos a personas que, por diversas circunstancias traumáticas relacionadas con la sexualidad, se les produce un rechazo a todo lo que tiene que ver con el sexo. Una condición de este tipo se podría dar en una pareja en que, dentro del contexto de una broma durante la actividad sexual, se introduce un elemento desagradable como puede ser una araña, un olor fétido, un fluido extraño. La asociación que puede establecerse entre el acto sexual con esa persona y lo ocurrido podría llevar a esa a condición de aversión al sexo focalizada o no sobre la pareja.
Al pensar en realizar cualquier clase de broma debemos pensar muy cuidadosamente en sus consecuencias. En el caso de las relacionadas con la pareja y el sexo el cuidado se multiplica y si vale mi consejo, evítalas, te ahorrarás muchos quebraderos de cabeza.
Puedes escuchar mi intervención en el programa Es Sexo en el siguiente enlace (a parti de 1h 24 ‘)