Las infecciones de transmisión sexual comprenden un número de infecciones variadas que se pueden producir por bacterias, virus, hongos e incluso parásitos.
Hasta hace pocos años se las llamaba Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) o Enfermedades Venéreas, pero se prefiere reservar el término enfermedad para cuando aparecen síntomas. La infección conlleva la transmisión del agente causante aunque no produzca síntomas, es decir el paciente no siente que puede estar infectado y por tanto puede retrasar su diagnóstico o ser un transmisor de dicha infección a otras personas.
A pesar de la elevación información de la que disponemos hoy en día sobre la transmisión de enfermedades relacionadas con las relaciones sexuales, encontramos en nuestras consultas un gran número de pacientes que tras mantener algún tipo de relación sexual acuden pensando en la posibilidad de haber adquirido una ITS. Pueden notar o no síntomas .
También acuden a nosotros para valorar los riesgos de mantener relaciones con pacientes que son portadores del Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) o Virus Papiloma Humano (VPH).
La existencia en internet de un sinfín de información no hace más que acrecentar la preocupación de estos pacientes sobre su patología y sus posibles consecuencias.
En nuestra Unidad de Medicina Sexual podemos realizar desde labores de asesoramiento para la prevención de estas enfermedades así como su diagnóstico y tratamiento.